I'm just Trying

Domingo 10 de Diciembre de 2006:
Falta una semana para la PSU, pero ese detalle, a esta altura de la noticia, pasa absolutamente piola.
Terminabamos de almorzar en mi casa, nos aprontabamos (los tres) a servirnos un té de hierba, mientras en la cajita comunicacional "Chilevisión Noticias" terminaba y el fútbol europeo se disponía a dominar la programación de dicho canal por un par de horas. Estuve a punto de apagar el televisor si no hubiese sido por haber tomado en cuenta la opinión del único hombre de la casa.
Los periodistas deportivos no llevaban ni dos minutos en pantalla cuando uno de ellos daba el paso al departamento de noticias porque había "una importante información del General Pinochet".
No tuve que considerarme "Machi" para visualizar de qué se trataba. "Se murió"- dije.
Y más que concentrarme en lo que yo pensaba que Claudio Salinas diría (y así lo hizo), me concentré en los rostros de mis pinochetistas progenitores.
La expresión facial más notoria (con efecto sonoro incluído) vino por parte de mi mamá, mi papá optó por el silencio. Yo, por mi parte, no sabía qué hacer, cualquier mirada o sonido proveniente de mi organismo, pensaba yo, podía significarme comentarios y ambiente similares a los experimentados cuando Bachelet ganó la presidencial a principios de este año.
Por otra parte y siendo yo cualquier cosa menos una fiel admiradora de la figura de Augusto Pinochet, no soy una persona que exprese síntomas de inmensa alegría ante la muerte de un ser humano (sea el que sea), ni mucho menos ante gente que (por más extraño que sea) puede sentirlo, no va conmigo y tampoco me afecta.

Aún así, no se puede negar que la noticia era de gran magnitud. No todos los días se muere la figura más controversial del país.
Así que mientras Salinas mostraba una capacidad de relleno impresionante, yo lo único que quería era terminar mi té de manzanilla para conectarme con los símbolos emblemáticos de la globalización (después de McDonnalds, claro) y saber como veía el mundo el desceso de Pinochet.
Terminé de beber, subí, prendí la CPU y el televisor. CNN, CNN en Español y BBC News fueron mis amigas durante unos 50 minutos. Más tarde se unirían, y por pocos miutos, Antena 3 y Deutsche Welle TV.
Tras ese tiempo de "TV- adicción" y olvidando por completo mi plan de estudios de geografía, me di cuenta de qué tan potente era la imagen del recién fallecido. CNN en Español ya se había "Pinochetizado" y su símil en inglés y la BBC News no se quedaban atrás.
"Breaking News: Former Chilean Dictator Pinochet Has Died" se leía en la pantalla cada vez que alternaba entre ambos canales anglo. ¡Hasta tenían a expertos hablando desde el estudio sobre nuestro país, mientras la Plaza Italia y Amaro Gómez-Pablos vivían su momento de fama internacional!

Creo que Chile nunca había sido tan famoso internacionalmente como el día de hoy. He llegado a imaginar a gente conociendo, recién hoy, de nuestra existencia mientras sintonizaba CNN.
Pinochet superó a Condorito, al Vino Chileno, a la Nana de Naomi Campbell, al cobre y su alza, a Bachelet en "The View" y a Ríos "Number One", convirtiéndose en el producto de mayor exportación comunicacional.

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