I'm just Trying

Son las 12.13 del día, hace poco más de una hora que salí de la sala 10, del tercer piso del Liceo Arturo Alessandri Palma y siento que mi cabeza va a estallar en cualquier minuto, y no porque haya estrujado los más reconditos sesos de mi cabeza, sino porque el haber dormido poco más de una hora, te pasa la cuenta como si vivieses la peor de las resacas.

En general, hasta las 9 de las noche de ayer, yo me consideraba uno de los pocos seres que conservaba tranquilidad ante la idea de ir a rellenar circulitos ultra petisos, no experimenté llantos de pánico ni rabietas nerviosas como el año pasado. No obstante, y en vista que no existe un ser que no se vea alterado psicológicamente aunque sea un poquito por dar la PSU, el organismo de alguna forma va a demostrar qué tan afectado te ves por dicha situación y al mío se le ocurrió no dejarme dormir.
Lo había planeado todo tan minuciosamente, había logrado que a las 9 de la noche mi pieza fuese una zona a la cual el paso estaba prohibido ya fuese por a, b, c y hasta z motivos, y a las 9:15 pm, yo cerraba los ojos pensando que Morfeo no tardaba en venir por mí.
Las primeras dos horas pensé que por motivos obvios e inherentes a la realidad de "ser postulante", Morfeo se estaba tomando su tiempo, así que decidí apresurarle con un poco de música, pero Muse, Coldplay, The Magic Numbers y, prácticamente toda la lista del Mp3, no fueron muy diligentes que digamos, y a las 2.00 am yo seguía sin poder dormir, y comenzando a visualizar una somnífera PSU de Lenguaje .

Ad portas de hoy, carecí de todo los nervios histéricos que tan abundantes se presentaron ante mí el año pasado, y carecí también, de la única cosa que no extrañé el 2005, el dormir.
Habrá sido que por esas fechas mi organismo pedía dormir luego de dos cenas de graduación, u otros factores, pero el caso es que esta vez, me desperté a dos horas y media de entrar a rendir la prueba de Lenguaje con sólo una hora y media de sueño.

Aunque ya no me quejo más, agradezco no haber bostezado ni un momento mientras respondía alguna de esas 80 preguntas (bueno, 79 al final), sin importar cuánto me doliese la cabeza de vuelta a casa. Lo único que te pido, querido organismo, es que no me vuelvas a hacer eso esta noche, recuerda que tanto tú como yo tenemos una deuda que saldar mañana con Heródoto.

PS1: Agradezco las buenas vibras de quienes frecuentan este cuchitril, y de quienes no lo hacen tanto, también.

PS2: Una vez más en mi vida, no tengo idea como me fue en Lenguaje. Prefiero esperar.

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