I'm just Trying

Hace dos días la Dirección Metereológica confirmó la llegada de la Primavera; la estación más bonita y agradable de todas.
Para qué andamos con cosas; el Verano no puede quedarse con dicho título pues a los dos días de su inicio, el calor nos tiene chatos y deseamos la pronta llegada del invierno (aunque después nos arrepintamos), por más que existan piscinas, estadías en la playa y no se estudie por casi tres meses, lo cual no es de suma relevancia, pues la piscina pasa a ser una aburrida rutina llena de gente, al mes, la playa pasa a ser aburrida (sin importar cuantos juegos de naipes nos acompañen), y los infantes al mes y medio ya extrañan el colegio y quieren volver con sus compañeros (aunque se muerdan la lengua en plena época de pruebas de diagnóstico); en el caso del Otoño (que para la Región Metropolitana es una continuación de las temperaturas de Verano con tres semanas de frío) también se aplica la regla, días de Mayo con 25º y por lo tanto pánico generalizado por un inminente apocalipsis y la ya típica Contaminación Ambiental que tiene con los nervios de punta a Barrueto cuando no le funciona la estación de monitoreo; y por último tenemos al Invierno, que por mucho que lo hayamos invocado con 32º, nos exaspera con sus bajas temperaturas y sus tragedias a causa de temporales e inundaciones, sin contar la vestimenta de Oso Polar que nos obliga a usar.
Entonces no puede ser de otra forma, la Primavera es nuestra estación predilecta, es el perfecto soplo de calma y moderación a nuestras vidas.

A lo anterior se suman los típicos mitos romántico-mamones que se tejen sobre ella. Porque la Primavera es el escenario perfecto para transformar a Santiago en un cuadro plástico de San Valentín (o si no pregúntenle al tipo que hoy tocó el timbre de mi casa para pedir una Cala para regalarsela a la polola). Pajaros cantores, árboles floreciendo, plantitas en los járdines de las casas y flores que te llaman a cortarlas para fines románticos... nos faltaría una canción cortavenas de "Sin Bandera" y estaríamos al otro lado.

No obstante todas estas "ventajas comparativas" de la ya mencionada estación, la Primavera es, también, un karma para el 90% de la población... pues trae consigo las, para nada agradables, ALERGÍAS.

Alergía a La Primavera, ¡qué sería de la humanidad sin ella!.La misma que, en mi caso, me tiene desde agosto consumiendo todas las noches un pastillita de Allegra y que en estos precisos instantes hace que me pique la nariz y que a mi cara le aparezcan granos (contando que de por sí a mi cara le tienden a salir granos, la primavera no colabora mucho en mis fines estéticos). La misma que le sube los bonos a Elite y que nos hace caminar con una nariz de reno navideño, la misma que hará de una cuadra de caminata la mayor de las tragedias si se me ha de olvidar inhalarme, la misma que transforma a los lentes de sol en nuestros mejores "amiguis" y que me priva del derecho de disfrutar de mi patio, todo por el poder telepático de mi mamá que hizo florecer al damasco después de todo un día de quejas de porqué era el único árbol de la cuadra que aún no florecía.

Por todo eso, Maldita Primavera...

PS: Quiero que sea Verano ya!